lunes, 29 de agosto de 2011

Capítulo 28


Intenté gritar lo más fuerte posible, pero en ese mismo instante entró mi salvación por la puerta. Era Harry.

- Mira chaval tienes exactamente tres asquerosos segundo para soltarla y quitar tu culo de este local, ¿me has entendido?

El chico lo dudo unos instantes pero tras ver que Harry estaba de todo menos débil se marchó tal y como había llegado.

Estuve unos instantes en estado de shock mientras que Harry amablemente me daba su chaqueta y me acompañaba hasta un banco fuera de ese lugar.

- ¿Vic?- Me preguntó realmente asustado- ¿Estas bien? Mira que si te llega a pasar algo yo…

Pero no le doy tiempo a contestar puesto que yo ya estaba llorando desconsoladamente en sus brazos.
Vaya racha llevaba hoy, a este ritmo me deshidrataría pronto.

- No sé que hubiera pasado si tu no hubieras llegado en ese instante- dije entre sollozos.

- Shh- dijo intentando calmarme- Estaré contigo siempre que lo necesites, ¿vale?

Yo asentí mientras sorbía por la nariz.

- Bueno- dije mucho más calmada- ¿Y que hacías tú por aquí?

- ¿Yo?- Preguntó sorprendido- Estaba esperando a mi novia, Stela. Es muy maja, y muy guapa. Te caerá bien.

Asentí.

- Pues- Prosiguió- Estaba aquí sentado esperando a que llegara cuando de repente te vi entrar al bar. Y como tardabas demasiado en salir decidí entrar a investigar que pasaba. Cuando vi que no estabas me temí lo peor y me dirigí a los lavabos.

Tragué saliva. Aún no me había repuesto de lo que había estado a punto de ocurrir.

- ¿Y tú? –Me preguntó- ¿Qué hacías por aquí? ¿No deberías estar con Dougie en el hospital?

- En efecto- respondí- Pero necesitar desconectar por lo que le dije a Tom que se quedara allí mientras que yo salía.

Estuvo unos instantes procesando la información pero como no se decidía a continuar hablando decidí retomar yo la información.

- Bueno, háblame de tu novia.
- Vale- dijo feliz.

Y empezó a contarme lo todo.
Me dijo que era un fan, de la cual se había enamorado desde el primer instante.
Me la describió como baja y de ojos oscuros. Tambien me dijo que tenía el pelo oscuro.
De un negro precioso. Que caía en ondas por la espalda. Tambien tenía ciertos reflejos morados.
Por lo que me contó parecía que era guapa. Aunque no podría saberlo hasta verla en persona.
Pero si Harry estaba así de enamorado debería ser fabulosa la chica.

A lo lejos una muchacha algo baja empezó a hacerle señas a mi amigo, por lo que supuse que era Stela.

- ¿Esa es la afortunada?- Pregunté con curiosidad.

- No- dijo Harry con una sonrisa en la boca- Es Inmature una vieja amiga.

Y soltó unas carcajadas que posiblemente se habrían oído en el resto del universo.

La chica se acercó con cara de extrañada. Cosa normal puesto que la cara de mi amigo era todo un poema.

Me levanté del banco con la intención de presentarme pero se me adelantó.

- Hola- dijo sonriendo- Soy Stela, eres Vic, ¿no?

Y lo entendí todo. Lo del nombre era una broma de Harry. La verdad es que este hombre no tenía remedio.

Entre carcajadas intenté responderle a la chica. Cosa que no me salió del todo bien.

Y entre tanto buen royo empezó a sonar el móvil de Harry. Supuse que era propaganda pero al ver la cara que puso al ver el número noté que me equivocaba otra vez.

- ¿Sí?- Preguntó entusiasmado- ¿Tom , que ocurre?

¿Tom? ¿Pasaría algo con Dougie?

- No tranquilo- presiguió- Yo se lo digo. Adios.

Le miré con cara de entusiasmada esperando una respuesta.

- Era Tom- Me dijo serio- Ha pasado una cosa con Dougie hace unos instantes.

domingo, 28 de agosto de 2011

Capítulo 27


Decidí no escuchar más. Esto era algo privado de lo que yo no debía enterarme así que opté por bajar a la cafetería a tomarme un café bien cargado porque esta noche iba a ser larga. Al igual que todas las anteriores.

Me tomé un café solo, con dos cubitos de hielo y un sobre de azúcar. Detesto las cosas amargas.
Opté por tomármelo con calma para que Danny tuviera unos minutos más a solas con Dougie.
Pero tras media hora no aguantaba más sentada en la cafetería y necesitaba ir a verle de una vez por todas.

Cogí el ascensor hacía la novena planta y entré en la habitación en la cual minutos atrás había escuchado esa conversación.
No se oía nada así que decidí curiosear que ocurría dentro.
Danny estaba dormido como un bebé sobre el pecho de Dougie.

Intenté entrar sin hacer ruido, pero gracias a lo patosa que soy no me salió del todo bien…

*HHSGDEVYEDRH*

-¿QUÉ?- gritó Danny- ¿QUÉ HA SIDO ESO?

- Tranquilo, tranquilo- dije asustada- Sabes que soy patosa, y lo he tirado todo.

- Bueno, yo ya me voy- Dijo con prisa- Te dejo a solas con Dougie.

- Si quieres puedes…

- No- Dijo sin dejarme terminar la frase- Quédate solo tú, yo me voy a dar una vuelta.

Y sé fue haciendo mucho menos ruido del que yo había echo al entrar.

Me senté en la que ya era mi silla y le agarré la mano a Doug para decirle todo lo que tenía pensado.

- Dougie- Empecé a decir- He escuchado lo que te decía Danny, sé que no debía pero lo he e echo.

Sorbí por la nariz puesto que las lágrimas y los respectivos mocos empezaban a aparecer. Como de costumbre.
Pero decidí proseguir. Necesitaba contarle a mí prometido todo lo que sentía y lo mucho que significaba para mí.
Pero no quise expresárselo oralmente. Necesitaba escribirlo. Que lo tuviera a su lado siempre, y jamás lo olvidara.

Me puse manos a la obra y comencé a escribirle todo lo que sentía. Pero tras media hora llorando y sacando a la luz todos mis sentimientos supe que tenía que desconectar. No podía seguir con esto mucho tiempo más. O acabaría por caer enferma. Y eso era lo que menos necesitábamos en estos instantes.

 Opté por salir del hospital a pasear. Eso sí, antes de esto le dije a Gio y a Tom que se pasaran apara hacerle compañía, porque aunque estuviera en coma no quería que se sintiera solo en ningún instante.

Me fui a un parque que estaba tras en hospital. En el mismo que meses atrás había corrido desesperadamente a saludar a mi mejor amigo tras estar un tiempo sin verle por culpa de la gira.

Recordé todos los momentos a su lado y no pude evitar volver a llorar.
Como sabía que esto iba a terminar mal y no me apetecía quedarme sola en un parque a las tantas de la noche opté por irme a un bar a ver si con un poco de suerte me encontraba a Harry como la última vez y hablábamos.
Porque eso era lo que yo necesitaba. Hablar. Soltarlo todo de una vez por todas.

Entre a una especia de ver. Que olía a sobaco sudado y a alcohol.
No es que fuera un lugar muy agradable, pero no tenía demasiadas ganas de ver a pijos y niñatos consentidos que se emborrachan para creerse mejores.
Detesto a ese tipo de gente.

Caminé hacia el extremo más opuesto respecto a la puerta principal, junto a los lavabos.

Había una gran mesa de billar, donde estaban jugando unos cuantos amigos intentando sacar algo de dinero.
Uno de ellos. El más alto. Se me aproximó.
Era guapo y atractivo, eso no podía negarlo. Pero yo estaba profundamente enamorada.

- Ey guapa- dijo el chaval- Te invito a una copa. O a lo que tu quieras- añadió con pinta de pervertido.

- Con una copa me basta- Dije intentando que se alejara de mí.

Una copa, luego otra y una última más.
Yo ya estaba lo suficientemente borracha como para salir a la calle y caerme de bruces. Así que fui en dirección a la salida con la intención de irme a descansar a mi casa. Pero no todo iba a salir tan bien como yo creía.

El chaval de las copa empezó a agarrarme y arrastrarme hacia el baño.
Yo sabía que iba a pasar pero no era capaz de defenderme. Estaba demasiado borracha.

Me metió con fuerza en los lavabos y empezó a bajarse la bragueta de sus pantalones mientras rompía mi camiseta.

Realmente no me creía que esto estuviera pasando asíque cerré los ojos con fuerza rezando por que terminara lo más rápido posible.

miércoles, 24 de agosto de 2011

Capítulo 26


Terminé el concierto y tras ello todo iba según lo “previsto”. Aplausos, besos y felicitaciones.
Pero yo solo podía pensar en él. En la persona por cual yo lo dejaría todo y que en estos instantes estaba en el hospital… en… coma.

Fui corriendo como si mi vida dependiera de ellos, cosa que de verdad era, hasta el hospital.

- Dan- dije con la voz temblorosa- ¿Ha mejorado algo?

- No- dijo decaídamente- Pero tampoco ha empeorado, cosa que es buena.

- Si quieres vete a tu casa a dormir- proseguí- Y me quedo con él para hacerle compañía.

- Vale- dijo besándome la frente- Intenta descansar.

Pero eso iba a ser imposible. Así que en cuanto que salió por la puerta de la habitación me senté en un sofá a la altura de sus manos.
Estaban frías. Congeladas más bien.
Se las froté con la esperanza de calentarlas.

Estuve toda la noche cantándole la canción. Su canción.
Rezando por que se despertara, me mirara y dijera que todo iba a salir bien.
Pero como era obvio no se despertó en toda la noche. Aún así yo le canté con ímpetu, pero sin obtener beneficio alguno.

Los días pasaban y yo iba perdiendo la esperanza.
Podría estar postrado en esa cama durante semanas, años o incluso no despertarse nunca más.

Mi estado anímico era horrible y mi aspecto físico aún peor.

- Vic- susurró una voz.

- ¿Dougie?- Pregunté sobresaltada- ¿Has sido tú?

- No- dijo Danny- He sido yo.

- ¿Qué ocurre?- Pregunté confusa.

- Vete a ducharte a tu casa. Descansa un rato y luego vuelves. Yo me quedaré con él.

No me apetecía alejarme de Doug, pero estaba echa polvo y necesitaba darme al menos un baño largo y relajante.

Como no tenía ganas ni fuerzas para articular palabra alguna me limité a asentir con la cabeza y salí de ese lugar lúgubre.
Odiaba los hospitales porque eran grises y deprimentes. No ocurrían cosas buenas dentro y eso lo hacía más deprimente si  era posible.

 Fui andando a mi casa puesto que estaba relativamente cerca y yo no tenía nada de ganas de conducir.

En cuanto llegué dejé los tacones en la entrada y pegué un portazo. No tenía ganas de hablar con nada ni hacer nada por el estilo así que antes de nada desenchufé todos los teléfonos de la casa y después ya me fui tranquilamente al cuarto de baño.
Pero no tardé mucho en derrumbarme, por que su cepillo de dientes estaba justo en frente de mí. Y recordé los buenos momentos en este mismo lugar... con él.

Decidí optar por lo rápido y llené la bañera de agua caliente, me metí y me relajé.
Cuando quería darme cuenta estaba arrugada como una pasa y el agua se había enfriado por completo. Me había quedado dormida.

Cuando pasé por delante del espejo vi que había deteriorado mucho. Parecía una mujer con cuarenta años más.
Esto me estaba pasando factura.

Cogí un taxi y me apresuré por ir al hospital. Pero justo cuando iba a entrar en la habitación escuché una voz. Era Danny.

- Dougie tío- dijo entre lágrimas- Tienes que recuperarte ya. Vic lo está pasando fatal. Te echa mucho de menos.

Se paró un instante pero no dudó en proseguir.

- Ya no come, no duerme, no vive. No te gustaría verla así- Cogió aire y continuó hablando- No parece una persona, solo se sienta aquí durante horas y te canta. ¿Me oyes D? TE CANTA DURANTE HORAS. Ahora mismo estará se camino hacía aquí para volver a hacer lo mismo. Tío, despiértate ya y lo le hagas sufrir más. Ya no tiene brillo en sus grandes ojos, ni tiene su típica sonrisa que ilumina el mundo. Solo está triste y decaída. Así que levántate ya…

martes, 23 de agosto de 2011

Capítulo 25


El gran día había llegado de una vez por todas, era el cumpleaños de mi novio.
Había dejado el prado precioso. Con globos, comidas y demás.
Solo faltaba que Dan lo trajera aquí mientras que yo le cantaba su canción. La que yo había compuesto.

Pasaban las horas y no había rastro de él. Los invitados se aburrían y yo me estaba desesperando. ¿Dónde demonios se había metido Doug?

Pero mi peor pesadilla se hizo realidad.

-¿Dan?- Dije contestando el teléfono- ¿Qué a pasado? ¿Dónde estáis?

-Vic, es urgente. Ven al hospital. Dougie está en coma.

Tiré mi teléfono al suelo y corrí desesperadamente hacia mi coche con las lagrimas derramándose por mi rostro.

¿Por qué a él? Eh! Que alguien me explique por que le pasa esto a la mejor persona del mundo. Podía haberme pasado a mí, porque seguramente yo me lo merecía más que Dougie.
Él nunca hacía nada malo. Nunca se metía con nadie…
Era una persona sin malicia alguna.

Llegue en algo menos de quince minutos al hospital y me encontré a un Danny derrumbado por la pena. Es su mejor amigo.

- Dan.. Danny- balbuceé- ¿Qué le ha ocurrido?

- Vic, veníamos por la calle cuando de repente unos tíos se nos abalanzaron encima. A mí no me hicieron nada, pero me pidieron que te diera esto.

Me pasó un trozo de servilleta con el siguiente mensaje: Te lo advertí.

Y de repente lo recordé. Angy.
Angy era la culpable de todo esto. Ya me lo había advertido en un pasado, y yo no le hice caso.

Estallé en lágrimas y le pregunté al doctor que llevaba su caso sobre su estado.

- Mira, yo no quiero mentirte- Dijo el doctor- Tu prometido está muy grave. No se sabe cuando puede salir del coma. Puede que esté así eternamente.

Yo ya no aguantaba más esta situación y entre lágrimas fui a la habitación a verle.

- Cariño- susurré- debes ponerte bien. Yo te necesito a mi lado. Yo sin ti no valgo..

Oí unos pasos tras de mí, pero supuse que era Dan o alguno de los chicos por lo que no le dí demasiado importancia.

-Vic- dijo la voz ronca de Danny.

Se notaba que había llorado y esto me partía aún más el corazón.

- Vic- Repitió- Dice Harry que no te preocupes. Que él se encargará de Angy.

Asentí sin mirarle.

- ¿Vas a cancelar el concierto de esta noche verdad?- Insistió- Si quieres yo…

- No Danny. Se lo debo a la gente- Dije seria- Tú quédate aquí mientras que yo voy a actuar. A las 12 vendré para quedarme con él.

- ¿Estás segura?- Dijo Danny mirándome a los ojos- Ellos lo entenderán.

Pero yo no quería darle más explicaciones. Decidí irme a dar el concierto para volver cuanto antes.

Nada más llegar al sitio donde iba a realizar el concierto se notaba la euforia. Se notaba el buen royo y la felicidad del público.
No. No lo soportaba.
Mi prometido estaba inconsciente en una cama y ellos se lo estaban pasando mejor que nunca.
Definitivamente no era justo.

Llegó la esperaba hora y entre gritos y aplausos salí al escenario.

Canté un par de canciones y le de dediqué el concierto a mi madre tal y como prometí.
Pero cuando llegó la última canción.. SU canción…
Me derrumbé.
Era la misma canción que el debería haber oído hoy por primera vez..

- Querido público- Dije entre lágrimas- Como ya sabréis mi prometido ha sufrido un grave accidente y está en el hospital.

Tragué saliva.

- Esta- proseguí- Es su canción. La que le compuse. Así que va por ti cariño.

Empecé a cantar mientras que las lágrimas fluían por mi cara.
Y mientras yo cantaba no sabía si mi prometido seguí con vida o había ocurrido lo peor.

martes, 2 de agosto de 2011

Capítulo 24

Pasó el tiempo y cuando quedaban un par de días para la boda de mi mejor amiga mi disco estaba terminado.

- Te ha quedado precioso- dijo Dan- Estoy muy orgulloso de ti.

Mi disco era sencillo, medio dulce medio rockero.
Yo aparecía en la portada. Tumbada en un sofá y con mi inseparable guitarra.
Era sencillo, con las siguientes canciones:

I’m a Pretty Rebel

1. The Only exception
2. Disechanted
3. All the small things
4. Halo
5. I don’t wanna be
6. Not alone
7. Ultraviolet
8. Little by little

Estaba muy emocionada por mi disco. Es más, ya ni me quedaban uñas que morderme.

- Tranquila, todo está perfecto- Me había dicho Doug la noche anterior.

Pero yo no podía estar tranquila. Era demasiado exigente conmigo misma.
Había repasado todas y cada una de las letras unas diez veces. Todos los acordes, el ritmo, la sintonía…
Había afinado mi guitarra cinco veces e incluso había puesto de los nervios a Danny.

- Vic- dijo Danny- Por decimoséptima vez, tranquilízate. Vas a ser número uno en todos los países y no tienes por que preocuparte- insistió.

- Vale- dije sin dejar de estar nerviosa- Pero entiéndeme. Es mi primer disco y mañana sale a la venta.

- Yo me encargo de todo- dijo- Tú vete a fastidiar a otra persona ya.

-Gracias. Eres el mejor.
- Lo sé- oí a lo lejos.

Nunca cambiaría. Bueno, eso me alegraba porque Dan era la persona más feliz de todo el planeta tierra.
Ni una sola vez lo vi triste o decaído.

Salí corriendo para ver a mi novio pero como no lo encontré decidí quedarme en casa pensando en como iba a ser su cumpleaños.

Lo tenía claro. Sería en prado en el que celebramos el mío.
Podríamos una carpa y dentro comida, mucha comida. Solo irían los chicos con sus novias. Y justo cuando llegara le haría sentarse en una silla y le cantaría su canción.
La misma que terminé de componer el día que me pidió matrimonio.

Y así, pensado en el cumpleaños, me dormí.

Acabo de levantarme porque es la boda de Gio y Tom y yo, como dama de honor, tengo que llegar de las primeras.

La boda iba a ser intima. Solo amigos y personas allegadas.
En una pequeña iglesia de un pueblo tranquilo.

Cuando llegó  la hora entró Tom a la iglesia y se colocó en su lugar.

Iba guapísimo, como siempre. Llevaba un esmoquin negro, con corbata azul marina y los zapatos a juego.
Dos gemelos en cada muñeca de la manga dorados cortesía de mi prometido, y la melena rubia repeinada hacia detrás.

Minutos después llegó mi amiga con su precioso traje blanco. Estaba radiante.

Hacían una pareja perfecta, y quien lo negara mentía.

La misa transcurría tranquila, y en un momento de la ceremonía Dan me pidió que cantara una canción en lugar de la marcha nupcial como regalo de boda.
Obviamente accedí.

Decidí cantar The Only exception  puesto que era la canción favorita de mi dico de mi mejor amiga.

Mientras cantaba vi como Gio tenía los ojos brillantes de felicidad.

Definitivamente ya nada saldría mal, puesto que en un mes iba a ser el cumpleaños de mi novio, y meses después mi novio. Todo eso, y además mañana saldría mi disco al mercado.
Definitivamente perfecto.