No recuerdo que pasó ayer, salvo que le pedí a Doug que se quedara conmigo no está por aquí.
Así que me levanté de la cama con un dolor de cabeza impresionante y fui a la cocina a por una aspirina o algo que me aliviara el dolor y allí estaba él.
- Veo que te has despertado bella durmiente- me dijo sonriendo- Toma, comete el desayuno.
-Gracias por seguir aquí- Y empecé a comer como una loca.
-Vic, el concierto es mañana, ¿tienes ya la canción?
-¡Mierda la canción!- Dije- Ya sabía que se me olvidaba algo... Ahora la compondré.
Pasaron las horas y no conseguíamos escribir la canción, ¿cómo era esto tan difícil?
Llegaron las 3 de la mañana y estábamos muy cansados.
-Venga tenemos que acostarnos que es muy tarde.
-No Doug, no. Yo me he comprometido, así que tú vete a descansar que yo voy a terminarla.
-Vale pero no estés mucho rato más, ¡eh!- Añadí- Si necesitas algo estoy durmiendo en tu cama.
Iban a dar las 5 cuando de repente lo vi claro. Tenía la canción exacta así que empecé con los acordes, luego con la letra y finalmente ya estaba montada.
Puesto que eran las 7 decidí optar por ducharme e irme preparando.
-No te has acostado, ¿verdad?
- No, acabo de terminarla. Pero me ha quedado genial.
-¿Así?, muy bien pequeña. ¡Cántala!
-No, no. Va a ser una sorpresa. Así que esta noche la escucharás.
-Vale.
De repente sonó el teléfono.
-¿Sí? Dígame, claro Gio, en 5 minutos llego.
-¿Qué era Gio?- Preguntó mi amigo- ¿Qué ocurre?
-Nada, que vamos a ir de compras para elegir mi ropa de hoy, ¿nos vemos esta noche aquí?
-Claro. Pásatelo bien.
Como intuía, llegué en 5 minutos al centro comercial. Y después de un par de horas acabamos rendidas, tomando un helado en una terraza.
-Vic, me encanta la camiseta rota que te has comprado-Gritó Gio- Y los pantalones de cuero son fabulosos. Pero aún faltan los zapatos.
-No, te preocupes Gio, tengo unos botines negros en mi casa, que van a quedar genial un montón.
Y sin darnos cuanta había llegado la hora y yo estaba a punto de subir al escenario. ¿Yo? ¿De verdad? Aún no me lo podía creer. Con la vergüenza que me daba a mí actuar en público.
Además, nunca había cantado en público.
Asíque subí al escenario. La música empezó a sonar. Empecé a cantar y sabía que mi lugar se encontraba ahí, ahí arriba.
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