martes, 5 de julio de 2011

Capítulo 18


- Vic, Vic- dijo Dougie- Despierta que ya va a aterrizar el avión.

Desperté algo traspuesta y medio dormida me bajé del avión.

- ¿Falta mucho para llegar Doug?- Dije agotada- Es que estoy muy cansada.

- No, tranquila, ahora vamos a coger un taxi- me dijo dulcemente.

A los pocos minutos llegó un señor de unos 45 años conduciendo en el taxi.
Metimos las maletas en el maletero y nos sentamos en los asientos traseros del vehiculo.

- ¿A dónde les llevo caballero?- Preguntó amablemente el conductor.

- Al puerto- respondió mi novio cortésmente.

De repente lo recordé. No sabía donde me encontraba, así que decidí dejar lo de dormir para otro momento y mirar por la ventanilla a ver si algún sitio me resultaba conocido.
Después de media hora yo seguía mirando por la ventana y no me sonaba para nada en absoluto este lugar.
Ni por fotos, ni por revistas. Por nada.
Finalmente llegamos al puerto y había un cartel que ponía: Puerto marítimo de Grecia.
Esto era increíble. Dougie sabía que mi sueño siempre había sido ir a Grecia puesto que siempre me habían hablado muy bien de ella.

- Son 30 euros señor- dije el taxista.

- Aquí tiene- dijo mi novio dándole los treinta euros.

Nos bajamos del taxi y cogimos las maletas.

- ¿Por qué venimos al puerto?- Pregunté- ¿Voy a tener que dormir en un barco?

- No descuida- dijo riéndose- Es que al lugar que vamos es un tanto especial y solo se puede acceder por la playa desde el mar.

Dicho esto alquiló un barco y empezó a conducirlo. No sabía que supiera conducir barcos pero por si era la primera vez que lo hacía preferí no arriesgarme a preguntar.

En aproximadamente unos veinte minutos habíamos llegado a la playa, y en efecto, no había nada ni nadie excepto unas rocas y una casa bastante bonita.

- ¿Ves esa casa?- dijo señalando la única casa que había- Pues va a ser nuestra durante los próximos días.

Era increíble, cada día a su lado superaba con creces al anterior.

Cuando conseguimos aparcar el barco en un pequeño puerto salí disparada hacia la casa.
De cerca era incluso más impresionante que de lejos.

Como la llave estaba puesta junto a un papel que decía: Disfruten de su estancia.
Decidí entrar para ver como era la casa.

Tenía dos plantas.
En la planta de abajo se encontraba una cocina muy grande, con encimeras de roble, un gran frigorífico y vajilla de porcelana, un salón con televisión de plasma y un gran cuarto de baño.
Mientras que en la planta superior se encontraba una gran habitación de matrimonio con un cuarto de baño con bañera de hidromasaje y una terraza con visas a la idílica playa.

La playa… ¡es verdad! He dejado a mi novio con las maletas por que yo he salido corriendo.

Cuando me disponía a bajar para ayudarle apareció por la puerta del dormitorio.

- No te molestes en bajar- me dijo sonriendo- ya está todo guardado.

Antes de que me diera tiempo a reaccionar me tiró a la cama y empezamos a reírnos sin motivo aparente.

- Venga- me dijo tirando de mí- Vamos ha ver la puesta de sol en la playa.

Debíamos de haber pasado bastante tiempo hablando en la cama para que ya fuera la puesta de sol.

Bajamos a la playa.

Yo me cambié y me puse otro vestido similar al que tenía anteriormente puesto, mientras que Doug se puso unos pantalones cortos y una sudadera.

Nos sentamos en la arena y nos colocamos para ver a puesta de sol.

- Este lugar es precioso- susurré.

- Me alegro mucho de que te guste- dijo Dougie mientras observábamos la puesta de sol.

Estuvimos mucho rato en la playa, y empezó a hacer más frío por lo que mi novio me dio su sudadera.
Nos tumbamos y le abracé dulcemente.

- No me importaría estar así eternamente- dije entre sus brazos.

- A mí tampoco- Me respondió mientras nos dormíamos en la playa de este fantástico lugar.

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